Notas al aire de julio
Compilado mensual de breves notas de interés musical.
En esta edición:
Los mics de Miranda
Ale Sergi, cantante del aclamado grupo de electropop Miranda, viene realizando a través del canal oficial de YouTube de la banda, una serie de videos en los que comparte diferentes detalles de sus procesos personales de producción y grabación. En este video en particular, repasa de manera clara y didáctica, uno por uno, todos los micrófonos que utilizó para grabar desde el primer al último disco de Miranda, con lujo de detalles y características técnicas de los mismos. Con cantidad de premios en la industria discográfica, ocho álbumes de estudio, seis álbumes en vivo y más de 40 videoclips a sus hombros, la experiencia adquirida por Sergi durante su trayectoria se hace más que evidente respecto a la evolución que atravesó para buscar la mejor manera de capturar su voz y su falsete distintivo.
Enterarse que las voces del primer disco de Miranda fueron grabadas en un departamento, con dos colchones como aislamiento acústico, un micrófono Shure SM58 (usado generalmente para shows en vivo y con la fama de ser el mic más robusto de todos) y un antipop casero hecho con un aro de alambre y una media de nylon, es una anécdota no menor que se puede disfrutar en el video. De esa iniciación con el 58, pasando por experiencias con micrófonos como el Rode NT2 y el AKG 414 (ambos modelos ya condensadores con opciones de distintos patrones polares), hasta llegar finalmente al inmaculado Manley Reference (actualmente el micrófono de cabecera de Sergi), hay detrás una carrera de veinte años con diferentes productores, grabaciones en estudios y cientos de conciertos multitudinarios.
Al margen de los gustos personales, Sergi es un experto en afinación, entonación, dicción y arreglos armónicos vocales junto a su compañera Juliana Gattas, y sus minuciosos comentarios respecto a cada micrófono pueden resultar más que provechosos e interesantes para cualquier vocalista a la hora de realizar una grabación en estudio o una presentación en vivo.
El video concluye con una demo muy práctica donde Ale canta distintas estrofas de una misma canción, una con cada micrófono, para ilustrar de manera muy efectiva las diferentes cualidades sonoras de cada modelo. Sin intención de comparar si alguno es mejor o peor, ya que son micrófonos de diferentes calidades y rango de precios, Sergi hace hincapié en aclarar que la idea es poder mostrar las diferentes posibilidades que existen a la hora de grabar una voz, y que con cualquier opción, sumando siempre un poco de ingenio, es posible obtener buenos resultados.
Mirá el video de los micrófonos de voces de Miranda:
Leviathan: El cine sensorial
Leviathan (2012) es un documental de campo en el que, al carecer de diálogos, el registro sonoro ambiental se vuelve un elemento fundamental de todo el material. Literalmente inmersivo y diferente a cualquier cosa que se haya visto antes, es una experiencia puramente visceral y cinematográfica, que transporta al espectador a lo más profundo de la industria de la pesca comercial. La película captura el mundo crudo y áspero de los pescadores, en una excursión nocturna a bordo de un buque pesquero que navega por las aguas negras de la costa de New Bedford, Massachusetts, el puerto pesquero más grande de EEUU, situado en la misma región que inspiró a Herman Melville para su legendaria novela Moby Dick (1851). Y es de dicho libro que surge el título de la película, ya que Melville se refiere a la gran ballena con el término bíblico para un monstruo marino: Leviatán.
Dirigida por la dupla de antropólogos y cineastas conformada por Lucien Castaing-Taylor & Véréna Paravel, el documental comenzó como una exploración de las diferentes facetas de la industria pesquera y nace como un proyecto del Laboratorio de Etnografía Sensorial (SEL) de la Universidad de Harvard, con el objetivo de reinventar las películas etnográficas y documentales. La película ha cosechado premios en numerosos festivales y se encuentra actualmente en la colección permanente del MoMA y el British Museum, entre otras instituciones culturales.
Todo el registro se hizo en función de un arsenal de cámaras GoPro que pasaron libremente de la tripulación de la película a la tripulación de barco, un poco a la deriva por todos los rincones de la embarcación y también debajo del nivel del mar. La banda sonora, sin ningún tipo de interlocutor o música incidental, compuesta únicamente por todos los sonidos recolectados en el barco, pone en relieve la dimensión sensorial de toda la faena.
Leviathan captura el choque colaborativo entre humanos, máquinas y naturaleza, en un retrato acerca de una de las prácticas más antiguas y duras de la humanidad en el mar. Un estudio antropológico que propone la aproximación a la “vida en bruto”, a la que se accede a través de una economía de elementos básicos y contundentes: luz, color, sonido y oscuridad. El barco cruje, el agua inunda la cubierta, las gaviotas luchan por cabezas de pescado que ruedan por el piso y otra carga de red se levanta a bordo. En lugar de romantizar el trabajo, los cineastas muestran una representación casi caleidoscópica del oficio de la pesca, y consiguen un resultado atrapante y fascinante en todo momento.
Mirá el tráiler de Leviathan:
Pianos para todos los gustos (y bolsillos)
Fabricio André Bernard Di Paolo, el músico brasileño radicado en USA más conocido como Lord Vinheteiro, es probablemente el pianista YouTuber más popular de internet hoy en día con 6,5 millones de suscriptores a su canal. Conocido por sus virtuosas y desopilantes versiones al piano, es además humorista, ingeniero de audio y productor musical. Uno de sus últimos videos plantea el siguiente desafío: ¿Pueden escuchar la diferencia entre pianos baratos y caros?, en el cual se dedica a tocar repetidamente unos pasajes de Arabesque de Debussy y el Claro de Luna de Beethoven, en seis pianos diferentes con el fin de poner a prueba el interrogante. Comienza con un Baldwin muy usado de 499 dólares (equivalente al costo de un iPad); sigue con un Otto Altenburg y un Bechstein, ambos usados, para luego pasar a un par de modelos Steinway & Sons nuevos que aumentan considerablemente de costo. Finalmente, concluye su recorrido pianístico en una sala especialmente temperada en la que accede a tocar el piano más caro del mundo hoy en día: un bizarro modelo de Steinway & Sons titulado Pictures at an Exhibition, que cotiza en 2,5 millones de dólares y merece un párrafo aparte para describir sus detalles.
El valor de este piano no se debe solo a la calidad de su manufactura técnica, sino a la intervención estética que realizó el artista Paul Wyse, que hace que cotice en el mercado en concepto de obra de arte. El nombre del modelo se refiere a la famosa obra del compositor ruso Modest Mussorgsky y el diseño está conformado por una sucesión de imágenes en diez movimientos que representan la visita de Mussorgsky a la exposición conmemorativa de su mejor amigo y artista Viktor Hartmann. El piano incluye teclas de palisandro y óleos con reflejos de hojas de oro de 24 quilates en todo el borde exterior donde aparecen retratadas personas que contemplan obras de arte en un museo y un retrato del compositor. Las patas, claramente el elemento kitsch por excelencia del mismo, son literalmente, típicos relojes cucú rusos.
“Quería usar el piano Steinway para contar una historia. Para mí se trataba de capturar el misterio del alma rusa, y todas sus facetas, cuentos de hadas, leyendas, historia y política. Que todo se una de una manera fascinante, dramática y sorprendente”, destacó Wyse.
Otros pianos famosos que actualmente se encuentran en los rankings de los más caros del mundo debido pura y exclusivamente al carácter fetichista de los mismos son, por ejemplo, el piano de la película Casablanca (1942), el piano vertical Steinway Modelo Z de John Lennon en el que compuso Imagine (adquirido por George Michael), el piano blanco de Marilyn Monroe (actualmente en posesión de Mariah Carey), o el piano Heintzman de cristal que utilizó Lang Lang en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos Beijing 2008.
Y si bien la calidad del sonido de un piano importa mucho, lo que siempre importará más es el estilo, la personalidad y lo que pueda sacar de cualquier piano la persona que lo toque; como bien lo confirma el gran Lord Vinheteiro con sus originales interpretaciones, o en su defecto, el autor del primer comentario de su video que pone: “Puedo hacer sonar un piano de un millón de dólares como un piano barato de plástico. Ese es mi talento.”
Mirá el video del desafío económico-sonoro de Lord Vinheteiro:
Duke Ellington – Off the record
¿Cómo se grababa una sesión de jazz en un estudio a fines de los años 30? En menos de un siglo resulta increíble ver cómo han cambiado y evolucionado las técnicas y métodos de grabación desde aquellas épocas hasta el día de hoy. Registrar un grupo musical en vivo en esos tiempos es lo que se podría denominar actualmente como el Far West de las grabaciones. Para comprobar esto solo hace falta tomar como ejemplo un video de una grabación de Duke Ellington en 1937, en el que se puede apreciar todo el proceso desde cero hasta la copia del disco final.
En primer lugar, se utilizaba un solo micrófono (!), con lo cual el equilibrio para el registro de la banda estaba determinado por la disposición y distancia entre los músicos respecto a ese micrófono. Es por esto que el bajo, la guitarra y el piano se situaban bastante cerca del mismo y los solistas de la sección de vientos debían ponerse de pie a la hora de ejecutar sus solos para que el sonido resalte de entre el resto del conjunto.
Otro detalle impresionante es que todo se grababa directamente en un disco, que luego es el que funcionaba como matriz para realizar las copias subsiguientes. En resumen, no existía ningún proceso intermedio entre la grabación y el master final. Finalizada la sesión, casi todos los pasos para producir las copias del disco no han cambiado mucho realmente, excepto que ahora existen estampadores automáticos. Aparte de eso, el resto de esa instancia sigue siendo bastante idéntica.
Siguiendo con analogías campestres, grabar en esos años era como montar a pelo, no había montura que pudiera amortiguar, corregir, mezclar, balancear, pinchar ni ajustar nada en postproducción, literalmente en la cancha se veían los pingos, y los músicos grababan hasta llegar a la toma ideal y definitiva. Por último, un detalle no menor: todos los ingenieros de sonido usaban saco y corbata, un código de etiqueta que el staff de Libres acatará sin cuestionamientos el día que Duke Ellington se digne a venir a grabar al estudio.
Mirá el video que documenta todo este proceso de grabación con la participación estelar del maestro Sir Duke: